En relación a las recientes declaraciones del ministro de Transportes, Óscar Puente:
Se confirman nuestros temores de encontrarnos ante un ministro centralista que muestra, cuando menos, una desconsideración grande ante la grave situación que atraviesa El Bierzo. El ministro Óscar Puente, no hace más que seguir la apuesta que desde su gobierno, en la anterior legislatura, y como adelantamos hace más de un año, tenía previsto: apostar por la “U” de Olmedo. Comunicar Cataluña, y el País Vasco con Galicia, trazando una absurda desviación por la localidad de Olmedo, y evitando El Bierzo. Por lo que se ve y parece, una tremenda genialidad. Como sospechábamos y manifestamos públicamente, la apuesta por el Corredor Atlántico no pasa por El Bierzo, nunca han tenido la más mínima intención. Las palabras de Óscar Puente indicando que se va a involucrar en la mejora de la línea ferroviaria León-Ponferrada, suenan a más de lo mismo, a darnos largas, a tomarnos nuevamente el pelo a los bercianos.
La A-76, que supuestamente se empezaría en el 2023, a 21 de diciembre de 2023, ni se comienza, ni se le espera. Otra mentira más sobre esta imprescindible vía de comunicación, que con tantos estudios tiene más currículum que muchos ministros.
El viaducto de la A6, del que ahora sacan pecho por abrir uno de sus sentidos, seguiría a paso lento de no haber necesitado el PSOE el voto del BNG para la investidura de Pedro Sánchez.
Este es el peso que tiene El Bierzo para el gobierno de la Nación, un simple peón que se cambia sin problemas, al que hay que venir cada 4 años a vendernos la moto, y al que se le dan largas porque para sus representantes en El Bierzo, la máxima preocupación es si abrir el tráfico por una calle contamina más que ir por otra, o de hacer gracietas en las redes sociales, pero no se les oye la más mínima crítica o reivindicación.
Queremos conocer los pasos precisos que va a dar el ministerio de Transportes en El Bierzo, no queremos más largas o más eufemismos de “involucración”, sin datos y fechas concretas, y aún asi, no nos fiamos lo más mínimo de los que han incumplido reiteradamente sus promesas.